Los parques nacionales del continente requieren grandes áreas naturales vecinas, como las reservas privadas, para conectarse y restablecer una gran cadena de bosques que conforman el Corredor Biológico Mesoamericano; una suerte de avenida natural que muchas especies han usado por milenios para migrar entre Norteamérica y Sudamérica.
Ser miembro de la Red de Reservas Naturales Privadas en Panamá responde a que el país tiene la necesidad de regenerar sus bosques -comenta Alfonso Jaén, propietario de las reservas privadas El Remiendo, Vaquilla y Posada Cerro La Vieja, ubicadas en la provincia de Coclé.
Nosotros creemos que la única forma de lograr un verdadero corredor biológico en América sería con el compromiso de aquellos propietarios que tienen tierras y bosques, que pueden conectarse con áreas protegidas y que desean cuidarlos- afirma Jaén.
Muchas reservas privadas, como Posada Cerro La Vieja, isla San José, Sierra Llorona o Burbayar Lodge, han tomado la delantera recibiendo a ecoturistas, observadores de aves y amantes de la naturaleza, permitiendo un turismo amigable con el medio ambiente.
Según Samuel Bern, presidente de la Red de Reservas Privadas "El Estado Panameño debe estimular al sector privado ya que 30% de las áreas son protegidas por el Estado, y un 5% es resguardada por el sector privado, esto es lo que dicen las estadísticas de Autoridad Nacional del Ambiente". Agrega que ese 5% que está protegido por el sector privado lo utilizan sus propietarios para conservarlo de manera sostenible".
Por su parte Jaén dice: "Si nosotros los panameños no apreciamos nuestras reservas, difícilmente lo podremos vender afuera. Tenemos que ser conscientes de lo que tenemos".
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