Rusia ganó en Belgrado el Festival de Eurovisión por primera vez en su historia, con su balada Believe, compuesta e interpretada por el joven Dima Bilan, que con 272 puntos se impuso a Ucrania y su sensual Shady Lady, que quedó segunda, y a la griega Secret Combination.
La victoria de Rusia confirmó la fuerza de la coalición oriental de Europa a la hora de votar, y así Dima Bilan, que ya participó en Atenas en 2006 y quedó segundo, llevó a su país al primer triunfo desde que se estrenó en el festival en 1994.
El joven cantante, de 24 años, que se mostró pletórico con las votaciones, interpretó en la rueda de prensa posterior la canción ganadora en español, lo que levantó los aplausos de los presentes.
Ucrania y su Shady Lady, de Ali Lorak (Karolina al revés), otra de las favoritas, no decepcionó con su segundo puesto y sus 230 puntos, que logró tras un inicio flojo en las primeras votaciones de los 43 países.
Un acto de justicia para un número de alta tensión sexual con una pizca de vulgaridad y un tema pegadizo y bailable que contrastaba con el romanticismo de la balada ganadora.
Del mismo estilo musical, Secret combination, de Grecia, llegó en el tercer puesto con 218 puntos y gracias a la inocencia pícara de su cantante, nacida en Nueva York y de nombre Kalomira.
Los más abucheados de la noche fueron España, Letonia, con sus piratas en Wolves of the Sea, y Francia, con Sbastien Tellier, que no conectaron con el público serbio que, en cambio, sí ovacionó a su representante Jelena Tomasevic, que decepcionó en un sexto puesto con su tema Oro.
Más sorprendentes fueron las buenas posiciones para los temas convencionales de Armenia -cuarto puesto- y Turquía -quinto puesto-.
Además de batir el récord histórico de 43 países participantes, la presente edición ha marcado la diferencia por entregar por primera vez un trofeo físico para el ganador en forma de un enorme micrófono. Ya entregado, se cierra el papel de Serbia como anfitrión de esta edición número 53 de Eurovisión.
