Los meros gigantes, los corales o los tiburones que Jacques Cousteau nos mostró en sus documentales del Mediterráneo son ya historia. Una expedición, dirigida por el hijo menor del oceanógrafo y el científico Enric Sala, ha constatado que esos ecosistemas solo perviven en las áreas protegidas, como refleja Los secretos del Mediterráneo, que se estrenará esta semana.
En un proyecto de la Sociedad National Geographic, ambos exploradores se embarcaron en junio de 2010 en el Alcyone -el barco insignia de Cousteau tras el naufragio del mítico Calypso en 1990- con un ambicioso objetivo: recorrer los fondos marinos del Mediterráneo occidental que el “Capitán Planeta” mostró hace 60 años para analizar cómo han cambiado desde entonces.
Con ese objetivo y partiendo del puerto francés de Marsella, los expedicionarios recorrieron el triángulo del Mediterráneo occidental que forman tres áreas marinas protegidas: Scandola, en la isla de Córcega; las islas Medas, en Gerona (noreste de España); y el Parque Nacional de Cabrera, en el archipiélago Balear.
Y lo que han visto, explica el científico Enric Sala, es “que la contaminación del mar y la sobrepesca han acabado con la mayoría de los ecosistemas que veíamos en los documentales de Cousteau”.
Este experto en ecología marina asegura que el 90% de los grandes animales marinos “del Mediterráneo de Cousteau” ha desaparecido y un tercio puede extinguirse.
