Los logros en la prevención y el control de las infecciones en los últimos 20 años han complicado el diagnóstico de la sífilis, pues es más difícil reconocer sus manifestaciones, revela un estudio desarrollado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Atlanta, Estados Unidos.
La sífilis, una enfermedad de transmisión sexual (ETS) provocada por la bacteria Treponema pallidum, aparece hasta dos semanas después de haber tenido relaciones sexuales con una persona enferma, y se manifiesta mediante un grano o llaga en los órganos sexuales de la mujer y del hombre.
El médico infectólogo, Javier Nieto, la describe como “la gran imitadora”, porque muchos de sus signos y síntomas no pueden ser diferenciados de los de otras enfermedades.
ETAPAS Y CONSECUENCIAS
La sífilis primaria es la etapa en donde se forman úlceras indoloras de dos a tres semanas después de la infección, por primera vez. El 33% de aquellos que no reciben tratamiento para la sífilis primaria desarrollará una segunda etapa de la enfermedad, llamada sífilis secundaria, que se presenta de dos a ocho semanas después de la aparición de las primeras úlceras.
La etapa final es llamada sífilis terciaria y puede tener distintas consecuencias: la infección se disemina al cerebro, al sistema nervioso, al corazón, la piel y a los huesos, precisa el médico Nieto. Si por descuido, la persona afectada no recibe tratamiento, puede quedar ciega, paralítica y morir de un ataque al corazón.
Las lesiones en el sistema nervioso central generan una enfermedad neurológica llamada neurosífilis que puede comprender parálisis general y atrofia óptica (ceguera), añade el especialista.
José Cedeño, coordinador de Programas de Comunicación para cambios de comportamiento y de VIH de la Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia, recuerda que para prevenir esta y otras ETS se debe practicar la fidelidad, la abstinencia y usar condones.

