Equilibrio, coordinación, armonía y elegancia. Estas palabras son sinónimos de ballet, para la ex bailarina y ahora profesora de danza, Ileana de Sola, de 75 años de edad, quien esta noche será proclamada Artista Emérita del año 2006, en los premios Nacionales Anita Villalaz.
La votación de la junta directiva conformada por el Círculo Cultural Anita Villalaz, la Academia Laboral de Bellas Artes y el Teatro-Club de Panamá fue unánime. Y responde a los méritos que esta enamorada de la danza ha obtenido como figura pública, profesional y ciudadana.
Para de Sola, este premio, al igual que la Medalla Vasco Núñez de Balboa que recibió hace varios años, son motivo de orgullo, pero más placer le da saber que en los 40 años que tiene la escuela de danza que dirige ha formado niñas que hoy en día son grandes profesionales de la danza u otra carrera. Entre ellas, la primera dama de la República, Vivian de Torrijos y Melina Samaniego de Picota, que —a su consideración— es una de las mejores bailarinas que tiene Panamá.
También le complace saber que el Ballet Nacional de Panamá se formó con artistas egresados de la academia que lleva su nombre y el de su socia, Josefina Nicoletti.
"Con el ballet no sólo se enseña disciplina y responsabilidad, también es una herramienta que sirve para que la persona se desinhibida y crea en sí". De Sola asegura que se ha perdido un poco el respeto por la danza clásica porque cualquiera la enseña, personas que no han bailado profesionalmente ni han estudiado el arte.

