Los individuos que padecen acné sufren un mayor riesgo de cometer suicidio, según las conclusiones de un estudio publicado por el British Medical Journal.
Una investigación, realizada por científicos suecos, halló que existe un riesgo adicional de que las personas que sufren esta condición tiendan al suicidio durante el año que dura el tratamiento con Isotretinoina, un fármaco empleado comúnmente para tratar el acné severo o quístico.
No obstante, los autores del estudio subrayan que es más probable que ese riesgo adicional se deba al mismo acné antes que al tratamiento de la enfermedad con el citado fármaco.
Ese tratamiento puede ser efectivo, aunque se han establecido vínculos entre la Isotretinoina, la depresión y el comportamiento suicida.
Partiendo de la hipótesis de que los enfermos de acné tienen más probabilidades de suicidarse, el doctor Anders Sundstrom y un grupo de colegas del Karolinska Institute de Suecia investigaron los intentos de suicidio relacionados con el tratamiento.
Para ello, valoraron datos de individuos a los que se había prescrito Isotretinoina, no obstante, el mayor riesgo de cometer suicidio se dio durante los seis meses posteriores al tratamiento.
Sundstrom y sus colegas especularon que ello podía deberse a que los individuos, cuya apariencia física mejoró tras medicarse con Isotretinoina, sentían angustia si no hallaban una mejora paralela en su vida social.

