“Papá, ¿juegas conmigo PSP?”, unos grandes ojos en señal de no saber de qué le hablan pone Carlos Stanziola, de 39 años, cuando escucha la inocente petición que le hace su hijo de 10 años.
“No entiendo todos esos avances tecnológicos, a pesar de que mi hijo los usa, y, lo que es peor, yo se los he comprado”, expresa Carlos.
En un sondeo no científico realizado en prensa.com, el 61% de los ciberlectores conoce de tecnología tanto como sus hijos, pero un 39% asegura que desconoce estos avances, es decir, los chicos le llevan un paso adelante.
Los actuales conocimientos tecnológicos han abierto una enorme brecha generacional, en la que los jóvenes son los que ahora enseñan a sus adultos, cuando antes los mayores representaban la figura que dominaba la información, subraya el sociólogo Milciades Pinzón.
Para el psicólogo Nefthaly Montenegro, algunos padres sienten que los avances tecnológicos no son tan indispensables para su diario vivir y por eso quizás tengan apatía sobre el tema.
Pero en esto podría haber algo más que el “poco importa”. Se le puede atribuir al temor que sienten los padres hacia lo nuevo, enfatiza.
Este temor trae cierta ansiedad y susceptibilidad, lo que conlleva a que a los padres les cueste relacionarse con estos avances e incluso poner un límite o mayor resistencia para aprender su funcionamiento y dejan que sus hijos sean los que eliminen el virus que tiene la computadora de la casa o que los menores se encarguen de actualizar la página del clan en Facebook.
El asunto, recalca Pinzón, es que esta distancia de la tecnología se da porque existen un conjunto de factores, entre ellos el hecho de que el adulto creció en un mundo donde las cartas se escribían en papel y no existían los celulares inteligentes. Pero asegura que en 15 ó 20 años, la mayoría de la población estará a la vanguardia de la tecnología.
Vea Avance lento, pero seguro

