A sus 80 años, la última hembra sobre la faz de la Tierra de tortuga de caparazón blando del Yangtsé será apareada el próximo verano con uno de los dos últimos machos de la especie, con la esperanza de salvar a este poco conocido reptil de una extinción anunciada.
Tres ejemplares de Rafetus swinhoei, una de las mayores tortugas de agua dulce del mundo, sobreviven en el planeta: una hembra y un macho en dos zoológicos chinos, y otro macho en Vietnam.
Conocida también como tortuga de caparazón blando de Shanghai, la especie fue durante casi todo el siglo XX víctima de la captura indiscriminada.
Si no hay apareamiento natural, los expertos están preparando la inseminación artificial, aunque para ello tendrán primero que extraer semen del macho, algo que por el momento no han conseguido.
