El próximo 24 de septiembre, a las 8:00 p.m., se estará presentando en el Teatro La Quadra el trío Gottlieb, un grupo musical un tanto peculiar por la combinación instrumental que se atrevieron a hacer.
Kevin Tiboche con el oboe; Dafne Guevara con la flauta, y David Camarena en la guitarra. Los dos primeros de 23 años y el último, de 22.
A pesar de su corta edad, cada uno tiene unos 12 años caminando de la mano con su instrumento. Y cuando hablan del trabajo que han realizado para montar esta presentación y cuánto les costó se percibe su pasión por la música y la necesidad casi incontrolable de hacer cosas nuevas que puedan ser apreciadas por un público crítico. Los boletos, que tendrán un costo de cinco dólares, estarán de venta en la taquilla el mismo día de la presentación.
Cuenta Tiboche que con la primera barrera que se encontraron, al decidir unirse y armar un repertorio digno de ser ejecutado en un escenario, fue que para este tipo de conjunto instrumental no hay música escrita. Ante esta realidad no les quedó más que hacer adaptaciones de piezas compuestas para otros instrumentos. "La moldeamos a nuestra manera, pero nos cuidamos mucho de que la esencia de la pieza no se perdiera, ya que estamos interpretando melodías creadas por maestros iberoamericanos a quienes les dedicamos nuestro recital" .
Entre ellos el argentino Astor Piazzolla, compositor cultivado por notables concertistas internacionales, conjuntos de cámara y orquestas sinfónicas y el prolífico brasileño Heitor Villa-Lobos conocido por su más popular obra las Bachianas Brasileiras. También interpretarán temas del pianista argentino Alberto Ginastera, compositor de fuerte sentimiento nacionalista, y de Joaquín Rodrigo, el aclamado compositor español que ha popularizado la guitarra como instrumento clásico de conciertos.
Con solo mencionar a estos artistas a estos chicos se les eriza la piel, ya que consideran que son grandes creadores de sonidos melodiosos, que merecen que su trabajo sea conocido en el mundo.
Este sentimiento lo fusionan con el cariño que le tienen al instrumento que los eligió como "esclavos". Por ejemplo, Kevin asegura que desde que vio, a los 11 años, a un músico de la Orquesta Sinfónica Nacional bailar al son de las tonadas que emanaban de su oboe, le dijo a su mamá, ese es el instrumento que quería tocar. Dafne, por su parte, expresa que desde chica se vio envuelta por los tonos multicolores que permite crear la flauta gracias a su estructura; y David, simplemente argumenta que desde el momento que afina su guitarra hasta que la ejecuta se siente lleno de vida.