Burros, mulas y caballos circulan por la única clínica veterinaria gratuita de Fez, la American Fondouk, como pacientes que olvidan por unas horas la penuria laboral a la que se les somete por ser transporte de carga autorizado en la Medina.
Situado a la entrada de la ciudad y totalmente inadvertido para quien no hace de su animal su medio de vida, el centro se erige como un paraíso para aquellos équidos a los que por falta de medios sus dueños obligan a largas jornadas, sin unos cuidados mínimos que velen por su estado.
“No todo es intencionado. Si tienes una mula que está mala, pero llega una persona y quiere que trabajes, te dices que mañana vas al veterinario. Y al día siguiente aparece otra y hay veces que no la llevas hasta el cuarto día. Pero hay que entender qué es más importante: Ganar dinero para tener algo de comer o tratar al animal”, afirma el director ejecutivo de la clínica, Denys Frappier.
Veterinario de profesión, Frappier dirige este centro desde hace 14 años, en los que asegura no haber visto muchos “casos extremos”, pero sí múltiples dolencias menores que minan la fuerza de los animales y su capacidad para seguir siendo útiles.
