Había una vez un hombre llamado Clive Staples Lewis y que hace 60 años escribió una serie de siete libros llamados Las crónicas de Narnia, un mundo fantástico cubierto de brumosos bosques nevados, para el que se inspiró en Narni, una ciudad del centro de Italia.
Narni, cuyo nombre latino era Narnia, es una localidad de 20 mil habitantes situada sobre una colina en las estribaciones de los Apeninos, en el valle del río Nera. Para llegar hasta ella no hay que, como en el cuento, atravesar un armario en la casa de campo de un viejo profesor inglés.
El escritor habría elegido el nombre por un viejo atlas de Italia (1949). El estudioso de Lewis, Paul Ford, en su libro Companion to Narnia (1983), señala que, aunque no hay un documento que diga que el escritor se basó en el nombre de Narni, sí menciona en una carta a un amigo, la misiva que Plinio el Joven envió a su suegra alabando a la villa de ésta en Narnia, por lo que es la teoría más plausible sobre el origen del nombre.
