El escritor madrileño Joaquín Santaella presentó el miércoles en Lima su novela Vino torcido, en la que relata su experiencia de 15 años como alcohólico y con la que quiere “pulverizar los tabúes” que rodean al alcoholismo.
Santaella, de 56 años, salió de su adicción en 2001 y decidió entonces publicar su experiencia en no menos de 10 centros de rehabilitación, dándoles forma de novela “en la que todo es real, salvo los nombres de las personas”.
La novela, publicada por ediciones El Páramo y que va por su octava edición, pretende denunciar la paradoja de esta “droga dura legal”, y hablar sin tapujos de una enfermedad vista muchas veces como un tabú, para ayudar de algún modo a los adictos a “salir del armario” del alcohol.
El público asistente a la presentación hizo numerosas preguntas al autor, algunas de ellas a modo de petición de consejos para amigos o conocidos, y demostró así que el problema del alcoholismo se padece en todas las latitudes.
Para el autor, no se trata de acabar con la producción de bebidas alcohólicas, porque acabaría controlada por mafias; pero sí que, como toda actividad arraigada en la sociedad, su consumo necesita cierta regulación.
