Cada 17 de mayo, los gallegos honran sus letras y su lengua. Esta celebración, instituida en 1963, se lleva a cabo en conmemoración a la publicación de Cantares Gallegos por Rosalía de Castro en 1863, la primera obra maestra de la literatura contemporánea gallega; a la sazón, la primera edición fue en honor a esta escritora.
Este día se dedica cada año a un escritor diferente, y se otorga, sin excepciones, a título póstumo; este año, el homenaje, en su versión XLVII, recae en Uxío Novoneyra, insignia de la poesía gallega moderna.
Este escritor nace en 1930 en una aldea llamada Paradela de Moreda, en plena Serra do Courel, una formación montañosa del interior de Galiza, en el seno de una familia campesina.
Pasa hasta su juventud en este entorno natural, donde se mantenían los modos tradicionales de vida.
El 1945, se marcha a estudiar a Lugo, una de las cabeceras de provincia, donde conoce a Manuel María, compañero de generación y escritor de la Terra Chá, fallecido en 2004.
Durante un par de años, vive en Madrid mientras asiste a clases de filosofía y letras.
Retorna a Galiza para hacer el servicio militar, y entra en contacto con Carlos Maside, Ramón Piñeiro y Otero Pedrayo, exponentes en aquel entonces de la cultura nacional, lo que acaba por forjar en él la conciencia galleguista, que lo motiva a escribir en su lengua.
Cuando corría 1957, pronuncia, en un homenaje a la poesía gallega, unas palabras, acompañadas por la lectura de textos del cancionero medieval, que crean un sensible impacto en el ambiente político represivo de la dictadura franquista.
Una vez asentado definitivamente en su país, desarrolla la mayor parte de su trayectoria poética, como Os Eidos, Libro do Courel, o Tempo de Elexía. También hace patente su compromiso social, fruto de su pensamiento marxista, al publicar Vietnam Canto, así como traducir al gallego varias obras de Mao Zedong.
Es elegido en 1982 como presidente de la Asociación de Escritores en Lengua Gallega, cargo que ostentaría hasta su muerte en 1999, en Santiago de Compostela.
Su obra se enmarca en lo tradicional y popular, con guiños a la tierra que lo vio crecer, y sobresale el lirismo de la palabra, que clarifica su tendencia vanguardista.

