El consumo diario de yogur alarga el tiempo en que un cáncer puede reaparecer en un paciente que consume este producto de forma habitual, según expertos en nutrición.
El riesgo de que un cáncer vuelva a desarrollarse en una persona que toma yogur es de un año, mientras que en aquellos pacientes que no lo ingieren el tumor tiende a reaparecer en seis meses.
"Esto no quiere decir que cure el cáncer —señala Ascensión Marcos, directora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)—, sólo hemos hallado que su consumo mejora la digestibilidad de las grasas proteínas e hidratos de carbono, lo cual retrasa o previene la aparición de ciertos tumores".
Sus propiedades pueden explicarse a partir del efecto que ejercen las bacterias probióticas en el metabolismo de carcinógenos en el intestino, de su capacidad para suprimir la absorción intestinal de estos compuestos y por la activación del sistema inmunitario.