La galería Allegro acogió la tarde de este 10 de abril un coloquio de uno de los máximos representantes del arte cinético, el venezolano Carlos Cruz Diez.
Ante 30 personas, el creador visual hizo un pequeño repaso de su biografía, imprescindible –en su perspectiva– para poder entender las motivaciones de su obra, resaltando que “el arte y la vida son una sola cosa”.
Detalló sus comienzos en la pintura, abrazando el realismo socialista, al dibujar las desigualdades sociales que veía en su Venezuela natal. Esta etapa concluyó al percatarse de las contradicciones entre los motivos que dibujaba y el negocio que se formaba alrededor de ellos.
Hace 50 años se mudó a París, Francia, y desarrolló el estilo que lo ha llevado a exponer por todo el globo.
Cautivo confeso de la obra de Velásquez y Monet, resume su experiencia artística en una búsqueda permanente por la realidad del color, teniendo como fin único, comunicar un discurso.
Este viaje a Panamá, que repite dos veces al año, lo realizó con la intención de apoyar y asesorar a su nieto, que próximamente inaugurará una galería de arte.
El acto fue convocado por la galería Allegro, cuyos representantes invitaron al artista a través de unos contactos familiares nada más enterarse de su estancia en el país y manifestaron que hubieran deseado celebrar esta presentación en un recinto más amplio, debido a la limitada capacidad del salón.
El arte cinético se caracteriza por generar sensación de movimiento mediante la ilusión óptica, a pesar de que la obra sea físicamente estática.

