Mel Gibson pasó ayer su último día en Panamá, no el sábado como se le había informado a la prensa para despistarla.
El actor de 51 años se hospedó en el Intercontinental Playa Bonita Resort & Spa. Según Fidel Reyes, gerente general, su hotel se sintió muy honrado de contar con un huésped semejante, que se mostró amable con los huéspedes y el personal del hotel que se acercó a saludarlo o para tomarse una foto con él.
El actor estuvo en Panamá con uno de sus hijos gemelos, Edward, de 24 años. Gibson tiene siete hijos.
El domingo el director de La pasión de Cristo comió con el ministro de Turismo, Rubén Blades, en Madame Chang.
En la velada, que duró aproximadamente tres horas, se habló de varios temas, entre ellos el desarrollo de bienes raíces en Panamá, sobre todo de puntos como Pedasí, el Archipiélago de Las Perlas, la ciudad y el Caribe.
Blades mencionó las necesidades del cine latinoamericano de crecer, de las producciones independientes y de los deseos de hacer una película con el productor panameño Luis Franco.
Gibson estuvo acompañado de su hijo, el cineasta de Costa Rica Sergio Miranda, y del corredor de bienes raíces Nader Sherif.
Gibson alabó la diversidad de platos chinos de la cena en el restaurante Madame Chang, habló de las buenas carreteras panameñas, viajó por tierra hasta Azuero, y le impresionó la ciudad moderna y Panamá como país.
Con información de Andrés Villa.
