La palabra clave es: "miniatura".
El mes pasado, Miucia Prada agasajó al artista Tom Sachs, en que sirvió mini-hamburguesas.
Oprah Winfrey y Martha Stewart también hay adoptado la moda de miniaturizar a los "American classics" y en Nueva York, la última picada en imponerse es ¿adivina qué? pues el niño envuelto, o pig in a blanket, como llaman a las salchichitas envueltas en masa.
Aquí en el patio, las luminarias culinarias se valen de estos accesorios: Cuquita hasta tiene unas bandejas especiales con hendiduras talladas en ellas para que los vasitos, platitos y palitos quepan en perfecta simetría.
Charlie Collins viene sirviendo sorbitos de las más deliciosas sopas y cremas, tanto frías como calientes, en tacitas de demitasse, y no hay banquetero que se precie que no tenga una buena cantidad de cucharas de porcelana chinas.
Hasta a Pedro Masoliver, de Café Balear, lo he visto sirviendo tuquitos de atún en las mentadas cucharitas. No todo esto tiene que costarte un ojo de la cara, por supuesto.
Además de sitios en que venden accesorios de fiestas, etc., como Distribuidora G de P, puedes encontrar cositas simpáticas en cualquier negocio de abastos del barrio chino, y hay uno (olvido el nombre) frente al Lung Fung que tiene todo tipo de platitos y tacitas.
Por supuesto, en La Central o Los Pueblos puedes encontrar también cosas súper interesantes, y siempre están farmacias Arrocha, Home Star, Polmart, Collins, y Stevens.
En uno de estos dos últimos, en Albrook, me he comprado unos shot glasses (vasitos para apurar un trago), y también son muy populares los caballitos o vasitos para tequila.
Otro recipiente sumamente versátil es el ramekin, que es como un miniplatito de suflé que viene de diversos tamaños y profundidades en que puedes servir desde una crema catalana hasta un quiche, pasando por una porción individual de ceviche.
Y por supuesto, está la consabida copa de martini, que te permite presentaciones espectaculares del más prosaico platillo.
