Incorporar el jengibre a las recetas navideñas es una costumbre que data de hace siglos, cuando esta raíz se utilizaba por sus propiedades curativas.
Luego de las Cruzadas, los monjes católicos empezaron a cocinar con ella, reservándola para ocasiones especiales.
Los diseños que usaban para los productos que horneaban con masa de jengibre eran intrincados y, muchas veces, representaban santos de la iglesia.
La receta fue cambiando y se popularizó en todo el continente europeo. A raíz de la publicación de los cuentos de los Hermanos Grimm, entre los cuales se encontraba la historia de Hansel y Gretel, los alemanes empezaron a hornear casitas de jengibre, costumbre que ha perdurado por siglos y que se ha dispersado por el resto del mundo.
Las galletas de jengibre son también muy populares para usar como decoración para los árboles de Navidad.
