El derretimiento y la excesiva saturación del permafrost, la capa de suelo cuya temperatura se ha mantenido por debajo de cero grados centígrados durante miles de años, causan la emisión a la atmósfera de grandes cantidades de óxido nitroso, un poderoso gas de efecto invernadero, según un estudio publicado en la revista científica Nature.
El óxido nitroso es un poderoso gas de efecto invernadero, por lo que se considera que las emisiones de este gas son responsables, junto con el dióxido de carbono, el metano y algunos aerosoles, de provocar el calentamiento global.
El 25% de la superficie de la tierra en el hemisferio norte está cubierta por el permafrost y el proceso de calentamiento del planeta amenaza con derretir estos suelos, con lo que eso implica el aumento del efecto invernadero.
El profesor de la Universidad danesa Bo Elberling se ayudó de varios estudios para examinar el efecto del derretimiento en la producción de óxido nitroso en las muestras de suelo de permafrost recogidas en Groenlandia.
La constatación fue que el derretimiento y el drenaje de los suelos tenían un impacto escaso en la producción del citado gas, pero que “la re-saturación de los suelos drenados por efecto del agua procedente de los suelos congelados multiplicó por más de veinte veces la producción de óxido nitroso”.