Tras la misteriosa muerte de la hermana menor de la princesa Letizia, esposa del heredero de la corona española, los investigadores trabajan con la hipótesis de que se trató de un suicidio, según fuentes policiales citadas hoy por la prensa. Estas versiones apuntan a que Erika Ortiz, de 31 años, podría haberse quitado la vida con una sobredosis de pastillas, toda vez que la policía descarta la implicación de terceras personas pero también que la muerte se haya debido a causas naturales.
Según distintos diarios, la hermana pequeña de la Princesa de Asturias estaba desde hace tiempo en tratamiento psiquiátrico por estrés y ansiedad. En su vivienda del barrio madrileño de Vicálvaro, que pertenecía a su hermana antes de casarse con el príncipe Felipe, al parecer los agentes encontraron algún frasco de ansiolíticos vacío.
Hoy, tanto los allegados de Erika Ortiz como la familia real le dieron el último adiós, en un responso oficiado en la localidad madrileña de Tres Cantos, donde posteriormente fue incinerado el cuerpo.
Tras la breve ceremonia, la princesa Letizia, visiblemente afectada, se dirigió a los periodistas allí congregados. "Quiero dar gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña", manifestó. Después rompió a llorar.
Las lágrimas no le permitieron seguir hablando, y el príncipe Felipe la llevó del brazo hasta el automóvil en el que abandonaron el lugar.
Al parecer Erika Ortiz atravesaba tiempos difíciles. La separación hace un año del padre de su hija, el escultor Antonio Vigo, afectó mucho a esta licenciada en Bellas Artes. Tímida y reservada, además parece haber sufrido con el acoso de los paparazzi y las revistas de farándula.

