La fecundación in vitro, tratamiento para la infertilidad, que consiste en la fecundación fuera del cuerpo de la madre, propicia una disyuntiva en el ámbito internacional.
¿Por qué? El especialista en reproducción asistida, Jaime Lasso, explica que durante este proceso “se llegan a fecundar hasta ocho óvulos a la vez” con el propósito de aumentar las posibilidades de embarazo. Los embriones sobrantes, cuando el proceso es exitoso, son “congelados a -196° centígrados en nitrógeno líquido”, explica.
Allí inicia el dilema. El ginecólogo Raúl Berbey explica que la medicina, “regida por la moral”, considera al embrión “un ser humano desde el momento en el que el espermatozoide se introduce en el óvulo”.
Entonces, ¿qué hacer con estos embriones considerados por la ciencia y la medicina como seres vivos? Indica Lasso que la ciencia propone diversas opciones: mantenerlos congelados en caso de que “la pareja desee tener un segundo hijo”, donarlos, y, la opción que ha impulsado debates a lo largo del globo, la extracción de células madre para investigaciones, lo que significa la muerte del embrión.
Lo cierto, explica el ginecólogo Berbey, es que “ la ciencia avanza y las células madre para la investigación pueden obtenerse de otros tejidos, como el cordón umbilical del feto ya nacido”.

