Madonna hizo público su interés por la cábala en 1997. Desde entonces, la chica material no es la misma.
Ahora luce y a menudo actúa utilizando varios símbolos de la tradición mística judía. Por ejemplo, a veces lleva puesta una estrella de David y usa la cinta roja en su muñeca izquierda, un amuleto que aleja a los malos espíritus.
Incluso promueve el aprendizaje. Según una nota de abril de Elnuevoherald.com, en la portada del libro El Camino de la Cábala, de Michael Berg, hermano de Yehuda Berg, se incluye un comentario de la cantante sobre lo que han significado para ella sus enseñanzas: "La lectura de este libro y el estudio de la cábala me han dado acceso a un mundo de sabiduría práctica".
Aunque Madonna alega no ser una representante sino una estudiante más, está muy comprometida. Y a pesar de que se dice que es responsable de que Britney Spears y Paris Hilton se hayan involucrado en la cábala, tampoco es la pionera de ese movimiento de celebridades interesadas en la espiritualidad de esencia judía.
El web site www.kabbalah.com informa que grandes figuras como Shakespeare, Newton y Freud estudiaron cábala. Pero, más difícil aún de creer, también lo hicieron Platón, Pitágoras y Aristóteles. O al menos así promociona el portal la inscripción al curso de iniciación Cábala 101.
Sin embargo, la revista Vanity Fair, en su edición de marzo, publicó el reportaje "The garden of Kabbalah" (El jardín de la cábala), en el que disecciona el afán de Hollywood por esta onda espiritual. Y su autora, Evgenia Peretz, señala a la actriz y cantante Sandra Bernhard como la primera celebridad que hizo público su interés por el cábala.
Bernhard, una mujer que rompe barreras, inició sus estudios místicos en 1995, e involucró a otra controversial figura del cine estadounidense que ha hecho un cambio tan radical como el de Madonna.
Se trata de Rosanne Barr, reconocida actriz y también una estrella atormentada que ahora irradia luz. "Todas mis relaciones, y todo en general, estaba bastante dañado por mi mal comportamiento", señala la intérprete en el reportaje de Vanity Fair.
Ahora, cambiando de década y de personajes, la historia registra que en los 60 y 70, estrellas del rock como los miembros de The Beatles o el guitarrista Jimmy Hendrix se refugiaron en doctrinas como el budismo, realizaron peregrinajes a la India o se sentaron frente a chamanes en busca de la raíz de la espiritualidad.
La historia solo se se repite.
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