Cuando Ernesto Pérez Balladares tomó posesión de la Presidencia el 1 de septiembre de 1994, convidó a los jefes de Estado y Gobierno visitantes a un almuerzo en el Palacio de las Garzas, a cargo del chef de la presidencia, Enrique Olmos.
Dora de Pérez Balladares, quien en tándem asumió el rol de Primera Dama, compartió sus recuerdos del almuerzo: La entrada consistió de una ensalada de centollo caribeño; de plato fuerte, el chef Olmos preparó un filete de res con paté de foie gras con salsa y champiñones salteados, y se ofreció, adicionalmente, una guarnición de vegeta-les de la huerta, y una ensalada.
De postre, bajo los frescos del salón de los Tamarindos, se ofreció una mousse de maracuyá, fruto que descubriera Colón en nuestro continente. El almuerzo terminó con la habitual ofrenda de té y café.
Cuando la presidenta Mireya Moscoso tomó posesión de nuestra máxima jefatura el 1 de septiembre de 1999, se vio obligada a cancelar su almuerzo de toma de posesión debido a retrasos ocasionados por la Asamblea.
No obstante, sí nos fue posible obtener una copia del menú del almuerzo, que estuvo a cargo del chef Salas, de Palacio: Como entrante, hubieran disfrutado de una crema de zapallo con langostinos, seguida de una ensalada de legumbres en estación. De plato fuerte se ofreció selección de salmón fresco con salsa de eneldo o filetitos de cerdo con salsa de tamarindo. De guarnición, zanahorias glaceadas con manzanas y arroz a las finas hierbas. El dulce final: islas flotantes y mousse de frutas tropicales.
Pasado otro lustro, la primera dama Vivian Fernández de Torrijos encargó al chef Charlie Collins de su almuerzo inaugural. Nuevamente, la Asamblea dilató el servicio hasta las 4:00 p.m., pero en vista de que los Torrijos habían decidido no ofrecer una fiesta en la noche, se prosiguió con el almuerzo, que comenzó con una crema de zapallo y leche de coco; la siguió una ensalada de medallones de langosta con mango y aguacate. Un entremés de sorbeto de maracuyá despejó paladares para los platos fuertes: filete de ternera Angus (de Chiriquí) con reducción de jerez, papas y palmitos frescos, o filete de corvina, con escamas de plátano maduro, puré de otoe y reducción de naranja y balsámico.
De postre, un trío de espumas de guanábana, curuba y tomate de árbol, con salsas de frutas tropicales, seguido de quesos con cascos de guayaba y café de tierras altas, cerraron con broche de oro el histórico banquete.

