La fama y también la polémica mundial le han llegado con su interpretación de Borat Sagdiyev, un periodista kazajo, misógino, racista y entusiasta de George W. Bush, pero el humorista británico Sacha Baron Cohen lleva muchos años burlándose de lo políticamente correcto en la televisión del Reino Unido.
Es más, Borat es sólo uno de los personajes o alter egos creados por este cómico, un judío practicante de 35 años.
Los británicos lo descubrieron en 1998, caracterizado como Ali G, un rapero con inglés jamaicano que también realizaba entrevistas falsas en "El Show de las 11 en punto", en el Canal 4, y desde entonces no han parado de reírse con él.
Incluso la fallecida Reina Madre de Inglaterra era una de sus grandes seguidoras.
El éxito fue inmediato y en el 2000, Baron Cohen contaba con su propio programa, El Show de Ali G, en el que, además del rapero, introdujo otros dos de sus personajes más célebres, Borat y Bruno, un modista austríaco homosexual con el que el cómico satirizaba la superficialidad del mundo de la moda. Y junto al éxito, la controversia.
Caracterizado como uno de los tres personajes, el humorista, que ha cimentado su fama en tomarle el pelo a la gente, realizaba entrevistas a distintos personajes famosos, quienes no estaban al tanto de que se trataba de una parodia.
El astronauta Buzz Aldrin, el escritor Gore Vidal, el jugador de baloncesto Shaquille O’Neal, el millonario egipcio Mohamed al Fayed, propietario de los grandes almacenes Harrods, o el futbolista David Beckham son algunos de los que han probado la ironía del cómico.
El programa, que ha recibido numerosos premios, ha demostrado las habilidades camaleónicas de Baron Cohen, que parece transformarse física y psíquicamente en los personajes que interpreta.
Algo que el cómico refuerza con su costumbre de no dar entrevistas como Sacha Baron Cohen y adoptar la personalidad de uno de sus personajes en sus apariciones públicas.
