899428Ana Alfaro Especial para La Prensavivir+@prensa.comNo la utilicé la semana pasada en la nota de portada sobre las frutas típicas de nuestra ciudad capital (la nota era, al fin y al cabo, un homenaje al 15 de agosto, día de su fundación), ya que provienen de tierras altas chiricanas.
Pero, por alguna razón, a la fresa no se la percibe aún como una fruta panameña, autóctona. Aún se la mira con cierto resquemor, como si jamás se le fuera a dar su plena ciudadanía, por el hecho de ser una fruta tan evidentemente foránea que no se da en tierras bajas.
Pero si bien tenemos ese sesgo xenofóbico contra la pobre frutita, ella se puede jactar de ser más que eso: bien puede ser la fruta más internacional del mundo, ya que la fresa, como la conocemos nosotros, es un híbrido de varios continentes.
Las fresas silvestres son autóctonas del nuevo y el viejo mundo por igual.
El género Fragaria, al que pertenece la fresa, se refiere a la fragancia (fraga, en latín) de la fruta, la que originalmente crecía silvestre en Europa.
La fresa que conocemos nosotros, hoy día, es un cruce entre la baya pequeña, originaria de las zonas más cálidas de Europa y Asia, la Fragaria vesca, y dos especies oriundas del continente americano: la Fragaria chiloensis, que aunque lleva el nombre de Chile, crece a lo largo de todo el litoral del Pacífico, de Norte a Suramérica, y la Fragaria virginiana o fresa escarlata, que proviene de Virginia, Estados Unidos.
La estructura de la fresa
Una característica muy especial de esta fruta es su estructura.
Técnicamente, se conoce como una "fruta falsa", ya que lo que nosotros creemos que son las "semillas", esos puntitos chocolates que vemos en su superficie, son realmente las frutas. La parte roja, carnosa, es un receptáculo que corresponde al pequeño cono blanco que queda adherido al tallo de la mora cuando se quitan las pequeñas frutas.
Combinaciones perfectas:
Fresas y crema
Fresas y chocolate
Fresas y naranjas
Fresas y champaña
Fresas y helado de vainilla
Fresas y bananas
Vea Un pedigrí atemporal