La berza es de la familia de las crucíferas y, por tanto, está emparentada con muchas hojas comestibles, como muchas que crecen en Asia y en EU, donde la col verde o collard greens (Brassica oleracea, var. Acéfala).
Lo de acéfala significa sin cabeza, y con eso vemos una metáfora: Panamá no es el único país que tiene idiotas acéfalos con plata, como demostró Donald Trump en su entrevista con este diario el día 12 de los corrientes. El señor no descarta la posibilidad de, algún día, llegar a ser presidente de su país.
Que Dios nos agarre confesados: parecía más interesado en hablar de su concurso Miss Universo que de los temas algo más serios que le planteaba su interlocutora. Pero, bueno. Al menos las misses siempre dicen que su mayor anhelo es la paz mundial.
Yo no sé si a otras personas las ayude, pero un buen cocidito con acelgas, a mí siempre me hace sentir muy pacífica y benevolente.
A Estados Unidos su contraparte llegó con los esclavos; a América Latina, bien con estos, bien con el intercambio colombino decretado por Carlos V, que ordenaba que galeón que zarpara del viejo al nuevo mundo y viceversa, llevara ejemplos de especies de cultivo y crianza. En España, es parte casi emblemática de la cocina gallega y asturiana, al incluírsele en sus cultivos.
No se sabe a ciencia cierta si la berza y la col verde o collard greens tienen un ancestro en común, puesto que hay quienes aseveran que fue una de las primeras plantas en cultivarse domésticamente; en Asia, tiene cualquier cantidad de parientes. Los brasileños y portugueses las llaman couve y las utilizan mucho en sus cocinas.
Como tantas otras hortalizas que los peques aborrecen, las berzas y las coles sin cabeza son excelentes fuentes de calcio, vitamina C y fibra soluble. Por añadidura, contienen múltiples agentes nutritivos con potentes propiedades anticancerígenas, como el diindolimetano y el sulforafán.
Además, te llenan la panza y no te engordan, ya que un cuarto de libra de berzas cocidas contiene unas pingües 46 calorías.
Además, en la Universidad de California, Berkeley (cuyo Depto. de agricultura y vitivinicultura es la mamá de Tarzán), han descubierto que el antedicho diindolimetano que contiene la familia de las Brassica es un potente modulador del sistema de respuesta inmune contra los virus, bacterias y elementos cancerígenos.
VEA Y, ¿qué hago con ellas?

