Debido a una pregunta acerca de la frase que siempre aparece en la parte superior de esta página, no está de más recordarles que su contenido no tiene a veces nada que ver con lo que refieren nuestros textos.
Y pasemos a nuestro asunto de hoy. El general cubano Antonio Maceo nació en 1845 y falleció en 1896. Entre batallas, asaltos y conspiraciones contra el reino español participó en alrededor de 600 episodios. A su vez fue herido en estas unas 26 veces. Su lucha era por la independencia de Cuba.
En su viaje hacia acá lo acompañó un paisano y compañero de luchas de apellido Cebrero. Los dos vinieron porque se habían quedado sin nada que hacer en su país natal y escogieron al nuestro, para ver si podrían por lo menos subsistir.
Y ya veremos que afortunadamente, aun cuando fuera por un tiempo, no muy largo en nuestro país les fue a esa pareja económicamente bien.
¿Y por qué el general Maceo y su compañero de armas ya citado abandonarían a su patria y de paso a su lucha por la libertad?
Pues porque el general también cubano Máximo Gómez, jefe de las Fuerzas Revolucionarias, resolvió firmar un acuerdo de paz con la Madre Patria, que suspendía las acciones bélicas contra España y ello a nuestro personaje de hoy para nada le gustó.
Por todo ello los dos revolucionarios ya mencionados resolvieron voluntariamente y desilusionados, ausentarse de su nación.
Fue a fines del siglo XIX cuando la pareja arribó a Panamá después de haber visitado varios países del área caribeña.
Además de la acción tomada por el general Gómez, los patriotas cubanos estaban muy divididos y eso hacía imposible la lucha y aun más el triunfo.
El pacto firmado por el general Gómez se llamó Del Zanjón y fue firmado en las postrimerías del siglo XIX.
El general Maceo viajó a diferentes países del área caribeña y terminó estableciéndose en Panamá, en donde consiguió un contrato para edificar casas de madera en el pueblo perdido conocido como Bas Obispo.
Las construcciones eran utilizadas para que en ellas sirvieran los trabajadores del Canal, originalmente a cargo de Fernando de Lesseps. Y los pueblos se llamaron perdidos, porque desaparecieron al crearse el lago de Gatún.
Al regresar a Cuba siguió en la lucha que había abandonado aunque no por un tiempo muy largo.
El grupo de conspiradores cubanos por diferentes motivos había estado muy divididos y eso había también contribuido a que nuestro personaje de hoy se hubiese sentido desanimado.
Fue en el año de 1888 cuando el general y héroe cubano Antonio Maceo Grajales estuvo en Panamá.
Una de nuestras fotografías de hoy nos muestra a una pintura que representa el momento en que en la batalla de San Pedro en Punta Brava Antonio Maceo falleció. En los comentarios a las fotos, les relatamos con más detalles cómo fue que aquello sucedió.
Pasando a otro tema. En una carta de un lector a este diario, se muestra en desacuerdo con que yo haya dicho que el Che Guevara murió fusilado. Primero que hay dudas de quién, cómo, cuándo y dónde fue muerto el Che, tampoco es necesario como nos dice el lector que debe existir un juicio para poder ser fusilado.
Eso en tiempos revolucionarios casi nunca se cumple. Acordémonos de la famosa frase del general revolucionario mexicano Pancho Villa cuando le preguntaron que iba a hacer con sus prisioneros: “¡que lo afusilen mientras se averigua!”, fue su curiosa, pero imperiosa contestación.