Mientras millones de personas en el mundo están siguiendo cada detalle de la planificación de la boda, la lista de invitados, el pastel, el vestido, otros tratan de cambiar el canal.
En la prensa británica, numerosas historias sobre la boda del 29 de abril aparecen junto a noticias más sombrías: Un terremoto, un tsunami y una crisis nuclear en Japón, guerra en Libia y una ola de recortes de gastos, desempleo e inflación en Gran Bretaña.
No es sorprendente que mucha gente no esté de humor para fiestas. “Estoy hastiado de oír sobre la boda”, dijo Andreas Dopner, de 24 años y estudiante de posgrado en el Imperial College en Londres. “Uno la ve en la internet, la televisión, en todas partes. No creo en tener una familia real y pienso que el dinero pudiera ser empleado para mejores causas”.
Para muchos negocios, no obstante, la boda es algo bueno. El interés internacional en las nupcias va a atraer más turismo, dando un estímulo a hoteles, tiendas y otras atracciones. Pero también habrá un éxodo de millones de británicos viajando a otras partes, por el feriado entre el fin de semana de Pascua y el feriado público del 1 de mayo.
