Su nombre, Luba, significa amor en eslovaco, y su biografía fácilmente podría llamarse “Luba a la música”.
Cuenta Lubitza Grebuchova -verdadero nombre de Luba Mason- que sus padres, eslovacos residentes en Estados Unidos, huyeron de la guerra civil en Checoslovaquia - hoy conocida como República Checa y Eslovaquia- en busca de una mejor vida.
Su éxodo trajo un sinfín de oportunidades, entre ellas, la de soñar. No en vano, el sueño de que sus hijas se convirtieran en grandes artistas, sumado a su amor por la música, dio luz a una pianista convertida en cantante, luego actriz y, finalmente, bailarina.
A los cinco años de edad, Luba comienza a tomar clases de piano clásico. Una cosa llevó a la otra, y las ganas de cantar no demoraron en aparecer.
Al llegar a la secundaria, el bagaje musical de Luba ya contenía canto y piano clásico, por lo que no fue ninguna sorpresa que la puesta en escena de musicales le llamasen la atención. “Apenas vi un show de Broadway supe qué era lo que quería hacer”, recuerda. “Sabía que necesitaba entrenamiento en el área de la actuación si en realidad quería participar en musicales”.
Es por esto que Luba decide estudiar teatro en la Universidad de Nueva York para luego ser bailarina por cinco años, sin imaginar que su vida, hasta el momento, estaba sirviendo de antesala para lo que le esperaba profesional y sentimentalmente.
Nunca se sabrá si Luba hubiese regresado a la música, después de tantos años en Broadway, si no hubiese conocido a quien hoy es su esposo, Rubén Blades.
El hoy ministro del Instituto Panameño de Turismo no solamente logró enamorar a Luba en un dos por tres: “en realidad nos conocimos y nos enamoramos enseguida”, comenta. También introdujo a la entonces actriz al mundo de la música latina. “Obviamente, estar casada con Rubén ha hecho que las influencias latinas se filtren en mi trabajo”.
“Honestamente -admite- “antes de conocer a Rubén nunca me llamó la atención la música latina”.
Sin embargo, hoy los ritmos latinos la estimulan: “es toda esa percusión que hace que los ritmos sean tan excitantes. Los amo”.
Y son esos ritmos latinos, con sonidos de bossa nova y samba, los que se estarán presentando, mañana viernes y el sábado, en el festival de jazz.
Aunque confiesa no tener idea de cuáles son sus expectativas del público panameño, asegura que la noche del viernes “destilará felicidad”.
Además, su dueto junto a Blades logrará emocionar a los amantes del jazz y de la música latina.
