Si hay algo que está marcando la revuelta popular en Egipto es el humor que, como símbolo de la identidad nacional, está presente en chistes, lemas y pancartas como la que dice: “Leche entera Mubarak, fecha de caducidad 25/01/2011”.
El cartel, con un cartón de leche dibujado con la cara del presidente en rotulador azul, lo lleva el hijo pequeño del ingeniero agrónomo Mohamed Sherid, que se ha unido a las protestas, iniciadas el pasado día 25 en la plaza Tahrir de El Cairo.
“Es la naturaleza del pueblo egipcio, pese a esta desgracia usamos las bromas. Es necesario por todo lo que pasa, cuanto más nos presionan, más bromeamos”, explicó Sherid, quien no tiene miedo de ir con sus hijos a la plaza, centro de las protestas, pero también de choques entre partidarios y detractores de Mubarak.
Otros carteles que se observan son “Mubarak, game over (se acabó el juego)”, “Háblenle en hebreo porque no entiende árabe”, “Vete ahora que me quiero ir a casa a duchar, que llevo días sin ducharme”, o uno que porta un joven con pañuelo palestino con una caricatura del rey saudí, Abdala bin Abdelaziz, mirando un reloj.
“Mubarak tarda en llegar” es el mensaje de la pancarta, en alusión a la reciente huida al reino saudí del derrocado presidente de Túnez, Zine el Abidine ben Ali, y que invita al jefe de Estado egipcio a hacer lo mismo.
El humor ha llegado hasta las tiendas de campaña donde se alojan algunos manifestantes en Tahrir, bautizadas con nombres como “Pensión hurriya (libertad, en árabe)”.
