La seda artificial de arañas podría usarse para tendones y ligamentos artificiales, suturas, paracaídas y chalecos antibala. En el estudio, Gareth H. McKinley, profesor de ingeniería mecánica del MIT, y sus colegas, examinaron cómo las arañas producen sus fibras de seda natural, con la esperanza de acabar logrando reproducir artificialmente el proceso.
McKinley y Nikola Kojic estudiaron la seda de la Nephila clavipes. Esa especie de araña tejedora dorada crea una telaraña tan fuerte que puede atrapar pequeños pájaros. En el Pacífico Sur, la gente hace redes de pesca con esta seda. Los investigadores escogieron esta especie de araña por la fuerza formidable de su tejido.