La premura, a veces, puede acabar con la magia que nace con lo novedoso. Lo mismo puede pasar si se apresuran ciertas etapas en una incipiente relación sentimental.
Aquellas parejas que aplazaron el inicio de las relaciones sexuales tienen más probabilidades de gozar de matrimonios más sólidos, a diferencia de aquellas que tuvieron sexo durante el primer mes o, más temprano aún, en la primera cita.
Esa fue la conclusión de un estudio de la Universidad Brigham Young, en Utah, Estados Unidos, sobre una muestra de 2 mil 35 participantes. La investigación, publicada por la revista Journal of Family Psychology, refleja que apresurar las relaciones sexuales no lleva al fracaso matrimonial de por sí, pero sí puede ocasionar vínculos más frágiles.
“El sexo es importante, pero no es lo único importante en el matrimonio”, cita Dean M. Busby, coautor del estudio, en la publicación.
Adelantar o no el inicio de las relaciones sexuales no es el factor que fortalecerá los lazos amorosos, opina la psicóloga clínica y sexóloga Geraldine Emiliani.
El triunfo de la pareja radica, según la especialista, en la madurez mental, psicológica y sentimental de los cónyuges, de sus propias necesidades y anhelos, de sus expectativas en su relación, de la receptividad, así como también del valor que se le dé a su cuerpo.
“El cuerpo de la mujer y del hombre tienen una belleza admirable, pero no es sólo materia, ni sólo carne. (...) El cuerpo ‘soy yo’, y por eso no se ha de manipular, como se maniobra un juguete”, afirma Emiliani.
El éxito de la pareja también radica en cómo el hombre y la mujer comprendan su sexualidad, añade. “Mientras las dos personas se sientan libres de compromiso no habrá dificultades; el peligro está cuando la continuidad despierta sentimientos amorosos y se le otorgue ciertos derechos”, cita.
En este sentido, la sexualidad es un proceso que implica confianza, comunicación y respeto, plantea la psicóloga familiar Analinnette Lebrija. “Parte de ese proceso son las relaciones sexuales, las cuales se sugieren darse en un entorno de intimidad y conocimiento profundo del compañero, por la responsabilidad, valores, respeto y consecuencias”.
Cuando de comunicación se trata, las relaciones sexuales implican un nivel superior por la interacción y el lenguaje corporal y verbal que en ellas influyen, dice.
Según las psicólogas, no existe un tiempo determinado para dar ese paso.
Esperar a tener relaciones hasta que se dé el matrimonio depende de los valores familiares y religiosos que tenga la pareja, comenta Lebrija. “El momento adecuado es cuando la pareja es responsable, honesta, y la relación no gira en torno al sexo”.

