En su infancia, al actor y director teatral Agustín Clement, no le llamaba la atención la lectura. Evadía, sobre todo, los libros que no tenían ilustraciones o dibujos. Fue su abuela la que le inculcó la pasión por esta práctica, al recomendarle que se imaginara las cosas que iba leyendo.
Los primeros libros de los que se nutrió, y que le dieron otro empujón para seguir leyendo, fueron las novelas de Agatha Christie.
Hoy, Clement, aunque no se considera un “experto en literatura”, sí disfruta de la lectura. Le gustan, sobre todo, los libros de ciencia ficción, porque lo “transportan a otros mundos, y así me alejo un poco de la realidad”.
Hoy está leyendo Wicked, del escritor Gregory Maguire, que aborda la historia de la bruja mala de El mago de Oz. “Nunca sabemos por qué los villanos se convierten en malos. Este libro, incluso, explica por qué la gente se convierte en mala”, comenta.
Aunque no le gustan las novelas “rosas”, cuenta que uno de sus libros favoritos es Como agua para chocolate, de Laura Esquivel. Llora cada vez que lo lee. Es que, dice, “tiene algo especial”. También le gustan El perfume, de Patrick Süskind, y Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
Pero hay una novela que lo marcó especialmente: Ceguera, de José Saramago. “Me enseñó que el hombre puede volver a ser irracional y la vida puede cambiar radicalmente, pero que a pesar de eso se debe seguir adelante, valorando esos pequeños detalles de la vida que muchas veces no vemos”.
