La manera como Roberto Francisco Chiari Remón actuó cuando fue presidente de la República, a él le llegó la hora de jugarse el todo por el todo, es digna de aplauso.
Él rompió relaciones con el Goliat norteño que nos apabullaba, demostró ser un pequeño David que supo crecerse cuando era necesario, así pusiese en peligro ciertos grandes intereses de la patria y, además, muchos de los suyos.
La figura que hoy nos ocupa fue dos veces primer mandatario, la primera del 20 de noviembre al 24 del mismo mes de 1949. Domingo Díaz Arosemena, el principal, había fallecido. Daniel Chanis Jr. lo sucedió, mas este último fue depuesto por el comandante de la Policía José Antonio Remón Cantera, a quien Chanis intentó destituir.
El sucesor lo habría sido el señor Chiari, pero la Asamblea Nacional no aceptó lo sucedido y este último renunció a la Presidencia.
Más tarde, Chiari fue candidato presidencial, ganó por votos las elecciones y entonces sí, a partir del 1 de octubre de 1954 hasta el 30 de septiembre de 1964, ocupó el tan ansiado sillón de los presidentes.
Fue, entonces, cuando tuvo el gesto ya mencionado de romper relaciones diplomáticas con el gigante estadounidense, que no perdía la ocasión de pisotearnos más y más con los pies que nos había colocado encima.
Panamá pedía algo tan justo, como que la bandera nacional debía ondear en todo el territorio patrio, incluyendo a la llamada Zona del Canal; pero las autoridades zoneítas desconocieron lo anterior, y hasta permitieron que los estudiantes del Colegio de Balboa desgarraran el pabellón patrio. Esa fue la gota que derramó el vaso con agua.
Chiari, al romper relaciones con Estados Unidos, se jugó hasta el origen de su fortuna material, pero acrecentó la espiritual, mucho más valiosa.
Nació el señor Chiari el 2 de marzo de 1905 en esta capital, y murió el día antes de cumplir los 76 años, o sea, el 1 del mismo mes, pero de 1981. Cuando llegó a la Presidencia, tenía 55 años.
La mayoría de sus estudios los efectuó en esta capital. Viajó a Estados Unidos para completar sus conocimientos del inglés.
Cecilia Orillac fue su esposa y con la cual tuvo una hija que bautizó como Carmen Cecilia, casada con Raúl Arango Jr.
Su primer cargo público fue el de escribiente en el Juzgado de Trabajo. Después fue diputado en la Asamblea Nacional, secretario (hoy ministro) en Salubridad y Obras Públicas durante el gobierno de Ricardo Adolfo de la Guardia.
Fue condecorado por variados países. Recordemos que el general Dennis McAuliffe había ordenado la suspensión de la construcción de un monolito, que en honor a Chiari se iba a levantar en la Avenida del Prado en Balboa, Zona del Canal. Pero tanto el Concejo como el Alcalde capitalino continuaron los trabajos, los cuales fueron inaugurados días después de la muerte de Don Roberto.
Recordemos también que cuando Chiari inició sus labores presidenciales, la deuda exterior del país era tan solo de 83 millones de dólares. ¡Qué tiempos, señor don Simón! ¿Para qué sufrir recordando cuánto debemos hoy, y cuánto iremos pronto a deber?
Volviendo al señor Chiari, su vida se distinguió por ocupar casi su mayor tiempo en el campo empresarial.
Durante sus cuatro años de mandato, fueron sus ministros: Marco Robles, en Gobierno; Gilberto Arias, en Hacienda; Galileo Solís, en Relaciones Exteriores; Felipe Juan Escobar, en Economía; Alfredo Ramírez, en Educación; Pablo Barés, en Obras Públicas y Sergio González Ruiz, en Trabajo, Previsión Social y Salud Pública.
Fueron sus vicepresidentes: Sergio González Ruiz y José Dominador Bazán.
Y volviendo a Roberto F. Chiari, también se le ha conocido como el presidente de la dignidad.
Textos: Harry Castro StanziolaFotografías: Ricardo López AriasComentarios: vivir@prensa.com






