Existen varias teorías de porqué un hombre se empareja con una mujer mayor y viceversa. La más común es el complejo de Edipo, que se refiere a la necesidad inconsciente del hombre de buscar la protección materna, y donde la mujer satisface su necesidad maternal y de dominación. Otras posturas hablan de la búsqueda de equilibrio sexual, ya que ellas alcanzan su mayor intensidad después de los 30 y ellos la tienen entre los 18 y los 30 años, por lo que una unión entre una mujer de 40 y un hombre de 20 sería "la combinación perfecta".
EL PREJUICIO
La psicóloga Celeste González, de la clínica Transiciones, señala que muchas mujeres que mantienen una relación con un hombre menor deben cargar no sólo con los prejuicios sociales ("Anda con ella por comodidad/interés"), sino también con la inseguridad que ese tipo de comentarios le genera ("No soy suficientemente buena para que alguien, cualquiera, me quiera").
Si bien muchas de las entrevistadas manifestaron que con un hombre menor se sienten más jóvenes y han revitalizado incluso su forma de vivir y de ver la vida, otras se sienten constantemente amenazadas por las pieles lozanas y los bustos levantados de las contemporáneas de sus parejas. Esto las ha llevado, con frecuencia, al quirófano estético y a la sección juvenil de las tiendas. Pero "eso le pasa a todas las mujeres, porque nuestra cultura sobrevalora la imagen", aclara González.
La psicóloga enfatiza que si la relación no es lo suficientemente fuerte y establecida, es posible que la inseguridad debilite seriamente la relación y agrega que como en cualquier tipo de pareja, "lo que importa es que, además del amor, existan los ingredientes básicos para que la pareja pueda funcionar. La edad, en el fondo, es un accesorio. Si no hay madurez emocional, comunicación, respeto y entendimiento, aunque la pareja sea lo aceptado tradicionalmente, la relación no va a andar como debe".
Otra variable importante tiene que ver con las expectativas que cada uno de sus integrantes tenga sobre el futuro.
Si ella quiere tener hijos y él no, porque, por ejemplo, está comenzando su carrera, es posible que haya roces y alguno de los dos tenga que ceder en sus necesidades, lo que a largo plazo generará frustración.
Lo mismo si uno de ellos busca sólo sexo y el otro quiere una relación a largo plazo. En ese caso, el final siempre va a ser el mismo, tengan la edad que tengan: Cada uno por su lado.

