Linda muñequita de ojitos soñadores, cejitas pobladas y labios tentadores; frágil y tierna en toda tu esencia; alma delicada aun llena de inocencia...
Solo describo lo que mis ojos en ti vieron, aquello que otros tantos jamás percibieron y que se ha convertido en enseñanza e inspiración para este pobre tonto que por ti siente admiración...
Desearía un beso de tu boca poder sentir, pero es prohibido algo tan delicioso a ti pedir; al menos una sonrisa que hechice mi alma, eterno regalo, invaluable, que me robe la calma...
Amor platónico que siempre honrara mi corazón, a ti dulce muñequita bella, con firme razón y entre cada uno de mis versos he rendirte halago cada día, cada noche, ¡justo como hoy lo hago!
Puede enviar sus poemas y cuentos cortos a vivir+@prensa.com