BRUSELAS, Bélgica (EFE). -Los caminos del impresionismo, del simbolismo y del Art Nouveau se cruzaron en Bruselas hacia finales del siglo XIX, dando lugar a un cambio de era en el arte europeo que revive el nuevo Musée Fin de Sicle (Museo Fin de Siglo) de la capital belga.El nuevo centro se integra en el complejo de los Reales Museos de las Bellas Artes de la capital belga y reúne obras de artistas belgas clave en la época como Constantin Meunier, James Ensor, Léon Spilliaert o Victor Horta, además de algunas piezas de grandes firmas como Van Gogh, Gauguin, Rodin o Mucha.El Museo Fin de Sicle nace con la vocación de devolver a Bruselas el estatus de "cruce de caminos" del arte moderno que se ganó entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, gracias al tránsito de reconocidos artistas europeos y a una escena creativa en plena ebullición.La capital belga "fue un núcleo creativo único, ya que comenzó a forjar su identidad creativa a partir de la conjunción del simbolismo, del wagnerismo y del Art Nouveau", afirmó el director de los Reales Museos de Bellas Artes, Michel Draguet, durante la presentación del nuevo centro.Durante la segunda mitad del XIX, Bruselas acogió numerosas conferencias, cÍrculos culturales y salones donde empezaron a incubarse las corrientes de vanguardia, y que atrajeron a Charles Baudelaire, Victor Hugo, Paul Verlaine o Arthur Rimbaud, entre otros artistas.Los creadores belgas experimentaban con nuevas formas de expresión para retratar un mundo sumido en profundas y rápidas mutaciones -Bélgica fue una de las cunas de la revolución industrial a mediados del XIX- contribuyendo a la eclosión del realismo social pictórico y posteriormente del Art Nouveau y del simbolismo.El nacimiento de esta nueva época del arte puede observarse a través de un recorrido cronológico por salas del museo, que arranca en el último tercio del siglo XIX, cuando el pintor y escultor Constatin Meunier comenzó a retratar a obreros en las fábricas, los altos hornos siderúrgicos y las minas de carbón.Ya en las décadas de 1880 y 1890, el inclasificable James Ensor, conocido como "el pintor de las máscaras", dejó atrás el realismo para anticipar elementos expresionistas como el uso de colores planos o el gusto por lo macabro, en obras que pueden verse en el museo como "Esqueletos disputándose un arenque".
Un nuevo museo revive en Bruselas el fin de una era e inicio del arte moderno
08 dic 2013 - 12:24 PM

