Un día como hoy, hace 80 años, una estrella tiritó en el cielo con el nacimiento de Jaime Ingram, quien se convertiría en un ícono musical panameño. El piano fue su cuna. Mientras oprimía con sus ágiles dedos las blancas teclas, fueron esas notas que brotaban de él las que seducieron su alma. Desde entonces, la composición se convirtió en su más fuerte musa e inspiración.
Ingram emprendió sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación de Panamá. Y ya con casi 20 años viajó a Nueva York, pues recibió una beca Olga Samaroff del Instituto de Música Juilliard.
Continuó descubriendo los secretos del piano en el Conservatorio Superior de Música de París, Francia; posteriormente, siguió enriqueciendo su talento con el profesor Bruno Seidlhofer, en Viena, Austria, con quien trabajó obras de compositores de Alemania.
A partir de este punto, comenzó su carrera en el mundo del piano en Londres, Moscú y Jerusalén. Sus recitales enaltecieron escenarios, como el Kennedy Center en Washington, el Salón de las Américas de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en México y el Teatro Amadeo Roldán en La Habana, Cuba.
UN VIGÍA DE LA CULTURA
Junto a su esposa Nelly Hirsch, una pianista brasileña, Ingram creó en 1962 la Asociación Nacional de Conciertos, donde fue el primer director general. Once años después, fundó y tomó el mando del Instituto Nacional de Cultura de Panamá (Inac). Por su perseverancia, fue nombrado en dos ocasiones Delegado de cultura de la OEA en Washington.
Ha dejado en alto el nombre de Panamá. Fue Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República ante el Reino de España y Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante el Vaticano.
Se ha desempeñado también como profesor de piano en el Conservatorio Nacional de Música de Panamá. Hoy es profesor extraordinario en el Departamento de Música de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá. En 1960, fue declarado Hijo predilecto de la ciudad.
UN HOMBRE DE MÉRITOS
Por su contribución al arte musical, en 2003 la Universidad de Panamá lo distinguió con el Premio Universidad, institución que junto con el Inac, lo homenajeó con un concierto en el Teatro Nacional "por su aporte al desarrollo de la cultura y reafirmación de la nacionalidad panameña". Recientemente, fue declarado Ciudadano Notable por la Comisión Nacional Pro Valores Cívicos y Morales.

