Lucía Paredes* procura alejarse del sol debido a que su piel es muy blanca y delicada. Pero debía asistir a un evento y deseaba lucir una espalda bronceada.
Su dermatólogo le recomendó probar con la técnica del air brush o autobronceador, que consiste en la aplicación de una sustancia llamada dihidroxicetona, que actúa en la piel desde el momento en que hace contacto con los aminoácidos libres de proteínas cutáneas, provocando así una reacción química que colorea la superficie de la piel.
"¡Me sacó de apuros! La noche anterior al acto me hicieron el tratamiento y 30 minutos fueron suficientes para que mi piel adquiriera un color dorado y uniforme, sin sentir una sensación pegajosa".
Amparo Guillot, cosmetóloga y esteticista de la Clínica Dermoestética Carmen Amada Pinzón, manifiesta que la técnica del air brush funciona por medio de un sistema de vaporización que distribuye el líquido bronceante sobre el cuerpo y el rostro.
Añade que antes del tratamiento, la piel debe exfoliarse para retirar las células muertas, renovar las mismas y activar el sistema circulatorio. Guillot menciona, además, que en cinco o seis días, dependiendo de los cuidados posteriores al bronceado, este "se va diluyendo poco a poco al igual que sucede cuando es bronceado con el sol".
‘LA NUEVA EPIDEMIA’
Gioconda Gaudiano, dermatóloga y miembro de la Asociación Panameña de Dermatología, afirma que actualmente en Panamá no existe una ley que regule el servicio de las cámaras de bronceado (máquinas que emiten rayos ultravioletas sobre la piel expuesta).
Agrega que en septiembre de este año, la Academia Americana de Dermatología agradeció al presidente de EU George W. Bush por firmar el Tanning Accountability and Notification Act y convertirlo en ley, de manera que la Food and Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés) pueda examinar la etiqueta de advertencia de los equipos de bronceado, pues estas máquinas carecían de información clara acerca de los peligros de los rayos ultravioletas (UV).
En este sentido, la Academia Americana de Dermatología busca reducir la mortalidad y la incidencia de casos de cáncer de piel, y si lo trabajan efectivamente se podrá disminuir la mortalidad en 10 años, y la incidencia de cáncer de piel, en 30 años. "Estamos hablando de cambios de hábitos, por lo tanto serán lentos", comenta Gaudiano, puntualizando que "los rayos UV (por sus siglas en inglés) son acumulativos, los de toda la vida cuentan".
Los niños de hoy están sujetos a 40% más rayos UV que sus padres, y 100% más que sus abuelos. "Esta es la nueva epidemia de la juventud en Estados Unidos", dice Gaudiano.
LO OCULTO DE LOS UV
Los UV no se ven ni se sienten, contrario a los infrarrojos, que producen calor, enfatiza la especialista. "Entre más calor, más penetra la luz ultravioleta, así que en Panamá tenemos doble problema", dice.
El dermatólogo y miembro del Instituto Oncológico Nacional, Juan Erasmo González, explica que tanto exponerse al sol como a las cámaras de bronceado puede causar un envejecimiento prematuro, con aparición de manchas, arrugas y hasta cáncer de piel.
La alternativa que recomiendan los especialistas es el air brush, ya que está científicamente comprobado que no altera ni produce cambios perjudiciales a la piel.
Evitar los rayos del sol entre las 10:00 a.m. y 4:00 p.m., usar lentes oscuros de color ámbar y aplicarse protector solar 30 minutos antes de exponerse al sol y reaplicárselo cada dos horas, son algunas recomendaciones (*el nombre fue cambiado.
