La timidez y el temor al rechazo, aunados a la desconfianza hacia un lugar y las personas que los van a rodear, son factores que influyen en las primeras relaciones sociales de un niño, en su grado de auto confianza y en el desarrollo normal de sus habilidades sociales a medida que crece y se convierte en adulto, indica la psicóloga Katia Quintero.
Quintero señala que independientemente del ambiente en que se desenvuelvan los pequeños, esas primeras relaciones sociales son importantes porque el hombre es un ser social y no puede vivir aislado.
"Los padres deben ser modelo de tranquilidad al momento de las primeras relaciones sociales de sus hijos. Es primordial que papá y mamá sean seres sociales. He visto casos de niños tímidos y cuando hablo con los padres, descubro que estos tampoco socializan con los demás".
Es importante que los niños aprendan las normas sociales y compartan entre ellos experiencias positivas y negativas.
Por ejemplo, deben determinar el rol que tienen dentro de un grupo, ya sea de liderazgo o de seguidor dentro del mismo. También deben aprender sobre experiencias negativas como las disputas y el perdón.
"De estas primeras experiencias se desprende la percepción que el niño desarrolla de sí mismo en cuanto a capacidades de logros o fracasos. En las etapas iniciales de la infancia, el niño desarrolla lo que se ha denominado figuras significativas, es decir, aquellas personas que influyen positiva o negativamente en su vida", reitera.
RECHAZO
"Llevar a mi hija el primer día a la escuela fue difícil debido a que la veía muy pequeña, y eso no fue lo peor. Transcurrieron los meses y sufrió el rechazo de algunos de sus compañeros, y no porque tuviese un comportamiento rebelde u otro problema, sino que la excluían del grupo por ser ordenada y responsable en sus cosas", comenta Danila Valdez. Para ella es extraño que hayan aislado a su hija por esa razón.
Al respecto, Quintero señala que generalmente los factores que desencadenan un rechazo entre niños están vinculados a su apariencia física, comportamiento, rendimiento escolar y, en el peor de los casos, algunos son rechazados por su color de piel.
Generalmente estas relaciones se dan de una manera interactiva, en este caso, si la niña es rechazada por ordenada hay que hacer una cadena de acción entre maestros, directivos, la niña y los padres.
Para el psicólogo Isaías Madrid, los padres deben primero comprender su estilo de personalidad social para luego ver si es posible criar a sus hijos con otros patrones más eficaces. Pero esta no es una tarea fácil, puesto que educar es un proceso permanente y se aprende más por lo que se ve que por lo que se dice.
Los especialistas recomiendan a los padres que dialoguen con su hijo o hija, para conocer dónde está su incomodidad en las relaciones sociales.
Además, pueden inscribirlo en actividades donde compartan con otros niños de su edad, como coreografías, actividades deportivas, es decir, relacionarlo con grupos, y organizar actividades en la casa, como pijamadas, por ejemplo. Estas experiencias pueden ayudar al niño a enfrentarse a las situaciones sociales.
Los padres deben recordar también que relacionarse con nuevas personas es un gran cambio para los pequeños. Lo ideal es que siempre la noticia de una separación o del encuentro con nuevas personas sea anunciada por ambos padres y que se les asegure que esta situación no afectará el cariño que sienten por ellos.
