Historias como La guerra de los mundos (1898), del escritor inglés H.G.Wells, o La huésped (2008), de la estadounidense Stephenie Meyer, son un pequeño ejemplo de cómo seres de otros planetas sirven de inspiración a un sinnúmero de autores quienes buscan describir un encuentro entre la humanidad y los visitantes del espacio.
El más reciente esfuerzo pertenece al estadounidense Rick Yancey. En su primer libro de una trilogía, La quinta ola, lleva a la humanidad a un futuro apocalíptico en el que forasteros comienzan a invadir la Tierra.
Mediante métodos de exterminio llamados olas, la población del tercer planeta es llevada casi a su extinción. Unos cuantos sobrevivientes se preguntan si son los últimos seres vivos de la especie terrícola.
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Justo gracias a este contexto de ficción -que tampoco está tan lejos del presente fraguado por la propia humanidad-, el libro logra tomar un impulso para atrapar el interés de los lectores. Pero solo es un aperitivo porque lastimosamente la historia nunca despega del todo y se detiene en la oquedad de lo cotidiano.
Personajes con la aspiración de llegar a ser bidimensionales casi a la fuerza, romances poco fluidos y una historia que según avanza se convierte en un predecible thriller de acción, esta novela publicada en 2013 desaprovecha su principal fortaleza: un elaborado plan de erradicación alienígena para quedarse en su zona de confort.
La historia se narra en la voz de diferentes personajes, siendo Cassie Sullivan una de los principales. La chica tiene 16 años y perdió gran parte de su familia y de un día para otro se convierte en una audaz máquina de matar. Sí, estamos ante una variante de Katniss Everdeen de Los Juegos del Hambre, solo que cambió el arco y la flecha por un fusil M16.
Aunque el autor trata de humanizar los personajes, al final termina por crear una serie de individuos similares, que si no fuera por sus nombres no serían tan fáciles de identificar. Nunca generan empatía.
Es a la larga un esfuerzo fallido por inyectarle madurez a un libro que no consigue salir de su estado de literatura juvenil. Aunque tiene una buena redacción, y no cae del todo en lo aburrido, La quinta ola es una historia que decae con el pasar de las páginas, hasta dejar al lector sin sorpresas en un desenlace predecible.
En la primera ola se apagan las luces. En la segunda sube la marea. En la tercera llega la peste. En la cuarta aparecen los silenciadores. Y cuando las esperanzas se habían perdido ya, la quinta está por comenzar.
