No sólo las personas, sino también algunos animales poseen un pensamiento causal, por lo que pueden reconocer relaciones.
Esto fue comprobado por científicos de la Universidad de Gotinga en Alemania y la estadounidense Universidad de California en Los Ángeles, en un experimento realizado con ratones, publicado por la revista estadounidense Science, en su edición de este mes de febrero.
Hasta ahora, los científicos partían de la hipótesis de que sólo los seres humanos eran los únicos animales capaces de comprender relaciones de causalidad, dijo el psicólogo Michael Waldmann de la Universidad de Gotinga.
Las ratas pueden predecir correctamente determinadas consecuencias de sus propios actos, aun cuando no los pudieron llevar a cabo, señaló Waldmann.
Hasta ahora se creía "que los animales usan las sucesiones vividas sólo para formar asociaciones entre hechos y sus consecuencias".
El fisiólogo Ivan Pavlov fue el primero que demostró que los animales podían utilizar estas relaciones asociativas entre sonidos y alimento para anticiparse a los hechos.
Sin embargo, estas asociaciones son con frecuencia desorientadoras y sólo reflejan ocasionalmente la causalidad del mundo, dijo Waldmann.
Por ejemplo, los barómetros pueden ser usados para predecir el tiempo, sin que estos aparatos sean la causa del mismo.
Si se manipula el barómetro, esto no tiene ninguna influencia sobre las condiciones meteorológicas.
Una diferencia entre relaciones causales y estadísticas es esencial para comprender la causalidad, indicó Waldmann.
Según los experimentos realizados por este psicólogo, las ratas pueden diferenciar estas relaciones.
En un primer experimento, los animales observaron que después de un estímulo de luz seguía siempre un sonido y alimento. La luz era por lo tanto la causa de dos efectos.
Posteriormente, las ratas sólo escuchaban el sonido y esperaban alimento en el mismo lugar previo.
Este comportamiento no es necesariamente indicio de un pensamiento causal, sino que también podría ser reflejo de un aprendizaje asociativo, señaló el experto.
En el siguiente experimento los científicos colocaron en las jaulas de las ratas una palanca desconocida para los animales.
Cuando por curiosidad presionaban la palanca, se producía otra vez un sonido.
Según las teorías asociativas, las ratas buscarían nuevamente alimento, dijo Waldmann.
Sin embargo, las ratas concluyeron correctamente que ellas mismas eran la causa del sonido y no la luz.
Esto comprueba que pueden pensar causalmente. "La hipótesis, de que el pensamiento causal sólo está reservado para los seres humanos, ya no se puede sostener", afirmó Waldmann.

