CAOS. El estreno de Diamante de sangre provocó fuertes reacciones por parte de los empresarios que se dedican a la extracción de esas piedras en África. Trataron de boicotear la cinta, hubo amenazas. Y no porque su protagonista fuese Leonardo DiCaprio.
Al contrario, al actor le calza el personaje. Diamante de sangre es una novela de suspenso visualmente ostentosa, con un tema provocativo. Su director Edward Zwick y compañía le dan a la cinta los elementos explosivos que necesita enganchar a una audiencia: un protagonista comprensivo (Djimon Hounsou); un héroe astuto pero narcisista (Leonardo DiCaprio); una heroína fuerte e imponente (Jennifer Connelly); villanos muy malos (David Harewood, Arnold Vosloo); locaciones alucinantes, y feroces secuencias de acción. Pero le dan algo más también: una representación convincente de los aspectos negativos y peligrosos del comercio de diamantes en el mundo, en este caso la transacción ilícita de "diamantes de sangre" –joyas que salieron de contrabando fuera de las naciones en guerra– y cuyos beneficios agravan la matanza en esos territorios.
Diamante de sangre no debe ser tomada solamente como un paseo al cine, la película tiene su lado serio, es un discurso político. Sus realizadores están co- patrocinando (junto a Amnistía Internacional y Global Witness) un sitio informativo en la web acerca de los diamantes de sangre.
Y a pesar del aparato hollywoodense de efectos especiales y manipulación emotiva del que por supuesto intenta –pero no puede– salirse, Diamante de sangre se opone a la carnicería y al caos, al "inspirado en hechos reales", para profundizar de verdad en nuestra implicación con los personajes y con la vida de muchos al otro lado del mar.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO: 'Diamante de sangre'
GÉNERO: Acción, drama
ELENCO: Leonardo DiCaprio, Jennifer Connelly, Djimon Hounsou y Martin Sheen.

