GUARDIÁN. Alrededor del rottweiler se tejen diferentes historias que cuentan cómo llega este gran perro a ser lo que es en la actualidad. Lo cierto e indiscutible es su descendencia
de perros mastines y molosos, que por selección de cruzamientos acorde a la función de guardianes que buscaban en ellos, tomaron las características psicofísicas que hoy tienen.
Otra realidad es la relevancia que han tenido los ejércitos de la antigua Europa en la expansión de las razas caninas, ya que varias de ellas, como en este caso, fueron participes de largos viajes de conquistas, en los que fueron difundidos al conocimiento masivo en diferentes regiones.
Una de las hipótesis menos románticas, pero más comprobable, es la de la creación de esta raza por los compradores de ganado que habitualmente se dirigían a la localidad de Rottweill en busca de sus reses y necesitaban un perro seguro y guardián que cuidara sus animales y los dividendos que ellos generaban.
De allí su apodo de perro de los carniceros.
Si bien es mucho más antiguo que su sucesor, el doberman fue conocido por el público bastante más tarde.
En la actualidad, es muy popular en todo el mundo y tiene sus propios clubes y exposiciones especializadas, en las que las exigencias de competencia son comparables a las de los pastores alemanes, ya que no solo se evalúa su tipología y estructura, sino también su equilibrio, temperamento y resistencia.
Por el año 1910, se nombra a esta raza como perro apto para tareas de policía, pero cabe destacar, que si bien es amigable, su genética trae un fuerte carácter, que debe ser comprendido y manejado con autoridad de mando por quienes conviva.
Su cola ya no debe ser cortada para ser exhibido.
