Nunca sabrás de mi amor, lo mucho que soñé contigo, despertar sin tu mirada almendrada, sin tus labios que bostezan de lejos una sonrisa.
Nunca sabrás lo mucho que traté de correr detrás de ti, pero volví a caer por el vacío que recorre mi cuerpo.
Nunca sabrás que perdí una batalla para descubrir que debo ser un luchador.
Como un libro se abren tus ojos y trato de leer tus fríos pensamientos.
Entre tu larga cabellera tus sueños se levantan en silencio, tan lejana, y te despiertas en otro corazón.
Hoy con las ganas de vivir, de estar cerca de ti,
me alejo con el ocaso del día, con el otoño en mi corazón al comprender que nunca sabrás de mi amor.