Según la médica internista, Renata Solís Prieto, no hay nada peor que quedarse todo el día con las zapatillas y la ropa húmeda después de los culecos. "Los jóvenes, principalmente, después de los culecos se ponen a hacer vida social por los parques y esquinas hasta que se les seque la ropa y no se ponen a pensar que durante ese tiempo su sistema inmune se está debilitando, lo que podría desarrollarles un problema respiratorio semanas después, y en sus pies están naciendo comunidades de hongos".
La dermatóloga Gioconda Gaudiano, miembro de la Asociación Americana de Dermatología, agrega que la ropa húmeda sobre el cuerpo durante mucho tiempo también puede provocar infecciones en algunas pieles. Y la combinación de humedad y calor pueden activar en la persona el paño blanco.
También hay que recordar que para los carnavales hay quienes utilizan carros cisternas que durante todo un año transportan combustible. "A algunos les puede provocar irritación severa de inmediato, y a otros puede que las lesiones les salgan posteriormente. La piel de los jóvenes tiende a absorber más las toxinas que la de los adultos mayores".
Señala Gioconda Gaudiano que el sol puede causar quemaduras en un solo día y, a largo plazo, puede provocar —por acumulación— manchas en la piel, arrugas prematuras y lesiones premalignas que pueden evolucionar a cáncer de la piel.
También puede reactivar ciertas patologías como el herpes labial, y las enfermedades autoinmunes como el lupus, que se caracteriza por desarrollarse tras el exceso de sol.
Según la dermatóloga, el sol también puede provocar cambios en el pH de la mujer, provocando en ella la producción de hongos vaginales.
"Las personas que llegan al país para los carnavales provenientes de lugares fríos deben cuidarse del sol, porque puede que no registren bien las temperaturas, no la sienten. Se exponen más de lo debido y pueden sufrir de una mortal hipertermia (alta temperatura corporal)".
UN BLANCO FÁCIL
El infectólogo pediátrico, Javier Alonso Nieto, expresa que los mayores creen que los niños son adultos pequeños y por eso cometen errores con ellos para los carnavales.
Por ejemplo, los dejan en el piso para que sean bañados no solo por el agua del cisterna, sino por las charcas que levantan con los pies quienes a su lado saltan gritando "¡agua, agua!".
Los dejan por largo tiempo bajo el sol, ignorando que su piel no tiene la resistencia de un adulto. En su opinión, además de no exponerlos por mucho tiempo, se les debe aplicar un protector solar de alto nivel.
En tanto, Gaudiano sentencia que ningún niño de menos de seis meses debe ser expuesto al sol. "Sufren de hipertermia. Se les sube la temperatura, se quedan dormidos y experimentan una relajación muscular extrema que los lleva a la muerte ante la mirada de sus padres, quienes piensan que está profundamente dormido".

