Las dos principales casas de subastas de Londres, Christies y Sothebys, aspiran a superar la próxima semana entre ambas la cifra récord de 777 millones de dólares en sus ventas de arte impresionista, moderno, surrealista y de posguerra.
Fuentes de Christies expresaron su confianza en poder alcanzar los 406 millones de dólares, que sería la cifra más alta para una subasta en Europa mientras que Sothebys habla de llegar a los 393 millones de dólares.
Ambas tratan de aprovechar un mercado boyante, fortalecido por la llegada de oligarcas rusos, nuevos millonarios de los países asiáticos, China incluida, y financieros de la City que nadan en dinero gracias a las primas recibidas por los beneficios de sus empresas.
Las dos casas de subastas compiten entre sí con obras procedentes de colecciones privadas que incluyen a los nombres más representativos del arte del último siglo y medio.
Pocas veces en efecto han podido verse juntas fuera de un museo obras de tanta calidad como las que se pueden admirar estos días en sus salas.
Muchos nombres coinciden en ambas como los de Renoir, Pissarro, Degas, Gauguin, Vlaminck, entre otros.
Acaso la venta más publicitada es la de una pintura de la serie de papas de Francis Bacon inspirada por el retrato de Inocencio X de Velázquez por la que Christies espera que se lleguen a pagar hasta 22 millones de dólares.
Pero hay otras obras de interés como un autorretrato de Egon Schiele, de 1909, en el que solo se ve el rostro en semiperfil del joven artista y sus dos manos con los dedos extendidos, todo ello recortado sobre un fondo negro y dorado, cuadro por el que podrían pagarse, según Christies, hasta 11.5 millones de dólares.