El origen de las bandas Moenia y Enanitos Verdes, quienes darán un concierto en Panamá este 2 de octubre, se remonta a la etapa de adolescencia de cada uno de sus integrantes.
Jorge Soto, tecladista de Moenia, dijo vía telefónica que desde que estaba en el colegio comenzó a tocar junto a Alfonso Pichardo. Luego integraron a Midi! Hayashida. "Los ritmos electrónicos fueron tomando fuerza en México y nos clavamos a hacer ese tipo de música", comenta.
El vocalista de Enanitos Verdes, Marciano Cantero, recordó también a través del teléfono, cuando junto a sus colegas Felipe Staiti y Daniel Piccolo promediaban 19 años en 1979. En ese entonces los tres tocaban en diferentes grupos en el pueblo argentino de Mendoza. "Fue como si no estuviéramos a gusto con la música que hacíamos con esas bandas. Felipe y yo empezamos a tocar por separado y de inmediato hubo sintonía. No teníamos quién tocara la batería, así que buscamos a Daniel".
Justo cuando el recién formado trío buscaba un nombre sucedió algo muy particular. Una familia se tomó fotos en Mendoza y cuando fueron reveladas, una mostraba unas extrañas manchas verdes alrededor de las personas. Hicieron pruebas en laboratorios y no detectaron ninguna falla en el revelado. Se trataba de algo que estuvo allí, que la familia no vio, pero que el lente sí captó. Y al ampliar las controversiales manchas se distinguían, en todas, unas formas de enanitos color verde, argumenta Marciano. "Fue algo fuerte para esos días. Salió en los periódicos. Nos gustó y lo tomamos como nuestro nombre".
La historia del seudónimo de Moenia tiene una fuente más intelectual. Soto cuenta que Alfonso Pichardo, vocalista del conjunto de electro pop, estudiaba Derecho y una de las materias que daba era derecho romano, en la que usaban un diccionario de latín que tenía el término moenia que significa muralla o protección.
TRAYECTORIAS
A pesar de los más de 20 años en el mundo del rock en español de los Enanitos, Cantero no considera que sean una leyenda de la música. "No es que ese calificativo no nos guste, sino que somos unas personas sencillas. Cuando me levanto y me miro en el espejo no digo: ¡jo, la leyenda! Para llegar a eso hay que trabajar mucho".
Confiesa que lo más difícil de ser artista es que cuando están de "trotamundos no queda tiempo hacer cosas tan simples como salir a botar la basura". Añade que el tiempo que la banda estuvo separada fue porque estaban en un punto límite de cansancio. "Paramos por unos años, nos dedicamos tiempo para nosotros y pienso que fue saludable".
La convivencia en medio de las giras con el equipo de trabajo es lo que Soto califica como lo más delicado en el plano artístico. Señala que hay que ser inteligente para poder sobrellevar el carácter propio con el de las demás personas que están en el engranaje.
Dice que en una de sus visitas pudo conocer el Canal de Panamá, y si no fuera músico, se hubiera dedicado a la arquitectura, carrera que estudió.

