En su última temporada al frente de la ópera de París, Gérard Mortier quiere disfrutar personalmente.
Para su 65 cumpleaños, que el director artístico de las casas Garnier y Bastilla celebrará el 25 de noviembre, programó Fidelio, de Beethoven, en una nueva puesta en escena de Johan Simons.
"Nunca lo logré. Espero que esta vez funcione", dijo Mortier a DPA. El belga de nacimiento, ex director del Festival de Salzburgo, asume en septiembre de 2009 la dirección de la New York City Opera (NYCO). Es director artístico de la ópera de París desde 2004, pero debe dejar el puesto por edad, según lo establecen los estatutos.
En el programa de la segunda mitad del año, junto con Fidelio, destacan La novia vendida, de Smetana, en una nueva puesta en escena de Gilbert Deflo, y Eugenio Oneguín, de Piotr Chaikovski, una producción del Teatro Bolshoi bajo la dirección musical de Alexander Vedernikov.
La primera mitad de 2009 estará dedicada al vigésimo aniversario de la ópera de la Bastilla. El teatro, con 2 mil 700 butacas, se inauguró el 13 de julio de 1989.
Los puntos más destacados del programa son: una nueva puesta de Macbeth de Verdi de Dmitri Cherniakov, así como Demofoonte, en una nueva producción de Cesare Lievi bajo la dirección musical de Riccardo Muti.
Mortier dejará París entre risas y lágrimas. "Adoro esta casa por sus posibilidades. La Bastilla es un bonito instrumento de trabajo. Al mismo tiempo, me alegro por la aventura neoyorquina", dijo.
La ópera de París emplea a unas mil 500 personas y dispone de un presupuesto de 160 millones de euros (unos 250 millones de dólares).
