Científicos del Reino Unido, Canadá y Estados Unidos han conseguido dar con una mezcla de materiales adecuada para la fabricación de un telescopio lunar de espejo líquido, aparato aún no desarrollado que permitiría un conocimiento más exhaustivo sobre el origen del universo.
Este logro, que recoge en su última edición la revista científica británica Nature, podría ser el punto de partida para la fabricación de este tipo de instrumentos de visión a distancia que se incluiría dentro de los telescopios espaciales de nueva generación.
De concretarse finalmente su fabricación, esta herramienta astronómica sería más potente que el Telescopio Espacial James Webb, proyecto conjunto de la agencias espaciales de Estados Unidos, Europa y Canadá con el que se pretende estudiar la formación y evolución de las galaxias.
"Un telescopio lunar de espejo líquido podría mostrarnos el espectro luminoso de las estrellas de las primeras galaxias con un nivel de detección mayor que el del Telescopio Espacial James Webb", afirman los expertos. Según los científicos, esto permitiría investigar la edad de esas primeras estrellas, así como su metalicidad, esto es, la abundancia relativa de elementos más pesados que el helio en su composición.
El hecho de que estos investigadores hayan conseguido recubrir con plata el líquido iónico del telescopio para conseguir que permanezca estable durante meses es lo que hace pensar que la fabricación de este tipo de instrumentos astronómicos es posible.

